¿Por qué las políticas autoritarias de izquierda y derecha se enfocan en una política de envidia y humillación?

Al mirarte al espejo, en lugar de preguntarte "¿Cómo se gana el juego de la vida?", ¿Por qué, en su lugar, no te preguntas "¿Cómo me convierto en la expresión más plena de mí mismo?".

 Busca cambiar tu manera de pensar de un juego binario de suma cero, en el cual uno debe objetivar a los demás y vigilar constantemente un entorno para asumir la victoria, a uno, en el que se trata menos de la abstracción de lo 'real' y más sobre el crecimiento personal que, en mi opinión, es nuestro verdadero norte. Ver un problema en blanco y negro, que lo hagan aquellos que deseen vivir su vida a través de un prisma incompleto. Pero, por favor, no se dejen engañar por estas ideas superficiales. Parece absurdo simplemente materializar al mundo que nos rodea y esperar que la expresión pueril de un mundo diverso y complejo satisfaga nuestra curiosidad inherente, intelecto y deseo innato de logros significativos.

En un mundo que sufre un resurgimiento de ideologías fallidas de suma cero, como las del nacionalismo y el comunismo, ideas que buscan construir un falso binario con la política de la envidia en su núcleo, donde los individuos se ven obligados a una experiencia tortuosa y psicológicamente dañina de ‘envidias’, se me ha quedado claro que la “política de envidia” amenaza tanto el estado de salud mental del individuo como las relaciones que constituyen el tejido mismo de nuestra sociedad.

Cuando escuchas los siguientes eslóganes xenófobos y estatistas que declaran la ‘toma de control sobre el imperialismo’, ‘la nacionalización de industria’ o ‘la expulsión de extranjeros’. En su fondo estos eslóganes declaran políticas proteccionistas basadas en una ‘política de envidia’ y sustentadas por un sentido de derecho y de pertenencia nacionalista. Representan los valores que se encuentran al fondo del fascismo, el socialismo y el comunismo, y la suposición que la restricción de la igualdad de oportunidades hacia sólo aquellos que pueden demostrar que tienen la ciudadanía, los antecedentes o la raza correcta conducirá a una sociedad más igualitaria y próspera. ¡Qué tontería!

En una economía global altamente competitiva, son las habilidades, la educación y los individuos creativos de libre pensamiento los que triunfan, en lugar de la envidia. Aunque la ciudadanía puede haber sido mercantilizada, no es una habilidad empleable.

Por lo tanto, debemos mirar más allá del lugar de nacimiento, la ciudadanía, los cultos a la personalidad, los antecedentes, el sexo, la orientación sexual y el color para definirnos como individuos y encontrar la paz en el entendimiento de que nacemos libres de todas las construcciones excepto de aquellas a las que elegimos atarnos. No somos meras máquinas destinadas a vivir nuestra programación por el resto de nuestros días. Nunca es demasiado tarde para aprovechar el momento y convertirse en la expresión más completa de ti. Sólo entonces podremos finalmente curarnos de la opulencia, el elitismo y la política de la envidia y comprender lo que es sentirse finalmente feliz y satisfecho.